Desde el año 2004 se estableció el Día Nacional del Donante Voluntario de Sangre, en conmemoración al día que se llevó a cabo la primera transfusión en nuestro país.
El 9 de noviembre se estableció por la Ley Nacional 25.936 en el año 2004, gracias al Doctor Luis Agote, un médico e investigador argentino que realizó la primera transfusión de sangre, en el Hospital Rawson de la Ciudad de Buenos Aires. Su aporte científico causó una revolución en el campo de la medicina transfusional.
El objetivo de la fecha es reconocer a todas las personas que donan de manera voluntaria y habitual al suministro de los sistemas de salud, quienes disponen de su recurso humano para los integrantes de la comunidad que lo requieran. También es una oportunidad para generar conciencia sobre la necesidad de disponer de sangre y productos sanguíneos para transfusiones.
Con la pandemia de covid 19, la donación voluntaria de sangre bajó un 50% y es muy necesaria para ayudar a pacientes que precisan de una transfusión. Una donación a tiempo puede salvar muchas vidas.
La asociada del Instituto de Hemoterapia de la Provincia de Buenos Aires y directora del centro regional de Hemoterapia de 3 de febrero, Rosario Cespedes declaró “Nosotros hacemos colectas externas de sangre porque la sangre no se puede fabricar y la mejor manera de obtener sangre segura es a partir de la donación voluntaria”.
Además, nos recordó los requisitos para poder donar “tener entre 16 y 65 años, si te sentis sano, no tener tatuajes en el último año, con DNI y desayunado” y enfatizó “No hay que donar cuando uno está enfermo o angustiado, es importante seguir replicando esta colecta de sangre para obtener sangre y de la mejor calidad”.
El proceso es fácil, porque no requiere preparación previa y no necesitás estar en ayunas, es seguro porque se realiza con material descartable y no afecta tu salud. Además, una donación de sangre tarda aproximadamente 15 minutos y cada una puede salvar hasta 4 vidas.
