Aunque han mostrado un incremento en los últimos meses, las importaciones todavía avanzan de forma gradual. Las perspectivas son prometedoras. Ventajas y desafíos.
A pocas semanas de que termine el 2024, el primer año de la gestión de Javier Milei, el balance del comercio exterior es positivo. La balanza del intercambio con el resto del mundo terminaría con un superávit en torno a USD 18.000 millones, con un aumento de las exportaciones de alrededor de 18% respecto del año anterior y caída de las importaciones de aproximadamente 20 por ciento.
Lo sucedido con las compras al exterior no sorprendió a los analistas. Las dificultades que arrastraban desde 2023, debido a los problemas para pagar a los proveedores, la recesión del primer semestre y la alta brecha cambiaria, hicieron que las operaciones se redujeran a la mínima expresión.
Sin embargo, el escenario que se proyecta para 2025 es distinto. No solo los importadores netos están a la espera de la consolidación de la recuperación de la actividad económica, sino que los empresarios locales también están repensando sus negocios.
Si bien en el acumulado de los primeros diez meses 2024 -y una cifra similar se prevé para el cierre del 2024- las importaciones cayeron 21,5% hasta USD 50.199 millones, en octubre específicamente crecieron casi 5% respecto de igual período del año anterior. De USD 5.839 millones de octubre del 2023, este año subieron a USD 6.128 millones.
Excepto lubricantes y combustibles, el resto de los rubros mostró alza, explicada básicamente por mayores cantidades, en reacción a la incipiente reactivación de la economía. Se espera que el dato de noviembre muestre un crecimiento similar.
El único factor que pudo haber postergado algunas compras al exterior es la inminente eliminación del impuesto PAIS -caerá el 24 de diciembre-. A partir de ese momento, importar será 7,5% más barato.
Sin embargo, lo que observan los operadores del mercado, analistas y el propio Gobierno es que esta tendencia de recuperación de las importaciones se sostendrá en 2025, no sólo apalancada por la mejora de la actividad económica, sino también por la liberación de cada vez más de las restricciones a las compras externas, eliminación de aranceles y el atraso del tipo de cambio respecto de valores históricos.
“Tenemos un tipo de cambio real que está casi 5% apreciado respecto al mínimo del gobierno de Macri. Obviamente, estamos igual de apreciados, o incluso un poquito más, que a fin de la gestión de Alberto Fernández. Es un atraso cambiario significativo. Además, tenés un gobierno que además de normalizar las importaciones, viene bajando aranceles. Fomenta, incluso, las compras al exterior vía courier sacando algunos impuestos. Es un gobierno que no se pone tímido en abrir las importaciones”, afirmó Lorenzo Sigaut Gravina, de Equilibra.
El economista recordó la experiencia de 2017, cuando la economía creció 3% pero las cantidades importadas aumentaron 15%. “¿Qué quiero decir con esto? Una muy elevada elasticidad importaciones-producto. De hecho, por un punto de crecimiento, subían 5 los volúmenes importados. Creo que hay que entender que este es un modelo que va, en algunos sectores, a sustituir producción local por importaciones”.
Según sus proyecciones, las compras al exterior en 2025 se ubicarán entre 70.000 y 75.000 millones de dólares, frente a USD 61.000 millones este año. “Si eso pasa, habrán crecido casi 23%, un poco más de lo que caerán en el actual ejercicio”, precisó Sigaut Gravina.
En la Cámara de Importadores (CIRA) están satisfechos con todos los avances que ha habido este año en materia de normalización del comercio exterior y se muestran comprensivos de que “para sanear la macroeconomía, ello implicaba tomar decisiones que iban a tener impacto en la actividad y el consumo, pero era lo que había que hacer”, dijeron a este medio fuentes de la entidad.
Hacia adelante, en CIRA observan una tendencia de crecimiento de las compras al exterior, que se vio en octubre y que seguramente se ratifique en noviembre, y aplaudieron la inminente quita del impuesto PAIS a fin de mes.
Con respecto a la prácticamente disminución de la brecha cambiaria, desde la CIRA afirmaron que “se percibe entre los empresarios un gran entusiasmo en ver cuándo finalmente el Gobierno decidirá eliminar el cepo, que todavía es un asunto pendiente de mucha importancia para el comercio exterior”.
“Muchas veces necesitamos pagar anticipos que todavía que no podemos hacer, o pagar operaciones contra documento de embarque, por lo que ahí tenemos un tema pendiente de resolver”, dijeron desde la CIRA.
Por otra parte, remarcaron en la entidad que hoy el empresario está muy focalizado en bajar costos y seguir proponiendo desregulaciones. “Necesitamos urgente dar una discusión sobre costos involucrados en la logística. El país necesita definir qué infraestructura necesita y qué logística necesita para tener una Argentina más competitiva”.
Marcelo Elizondo, de Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI) dijo a Infobae que “las importaciones todavía están bajísimas” y que “el año pasado, la Argentina fue el tercer país con menor nivel de importaciones del mundo en relación a su PBI, según el Banco Mundial”.
Por lo tanto, remarcó Elizondo, “no es que suban tanto, sí probablemente van a trepar un poco, sobre todo por la caída del impuesto PAIS, pero este año no hay problemas. De aquí en adelante, el temor de los que compiten contra las importaciones es que, más allá de lo que se decidió hasta ahora, el Gobierno quiere seguir avanzando por ese camino”.
“Pero los productores nacionales se tienen que acostumbrar a competir. Nos viven matando con precios exageradísimos en la Argentina porque no compiten. No puede ser que la Argentina tenga un nivel de importaciones, según el Banco Mundial, del 14% del PBI. En Latinoamérica son iguales al 27% del PBI, casi el doble. ¿Por qué en el resto de los países de Latinoamérica pueden competir y nosotros no?”, planteó el experto en comercio internacional.
Según las estimaciones del director de DNI, “este año la balanza comercial cerrará en torno a USS 18.000 millones, un superávit récord, medido en dólares corrientes, con un crecimiento de las exportaciones del 18% y caída de las importaciones de entre 18% y 20 por ciento”.
Para el 2025, Marcelo Elizondo prevé que se sostenga el superávit comercial -probablemente se ubique en USD 15.000 millones- porque más allá del aumento de las compras al exterior, las exportaciones también crecerán con fuerza.